Desde la asociación Mujeres por los Derechos luchamos contra los abusos sexuales, sobre todo en la infancia y en la adolescencia, contra toda forma de violencia, pero sobre todo de violencia contra personas en situación de vulnerabilidad, y por la abolición de la prostitución y la trata.

viernes, 28 de mayo de 2021

Cada cual desde su lugar, contra la violencia prostituyente

 

Entrevista a Alicia Perna

Conversé con Alicia Perna, para mí un ejemplo de militancia contra la violencia y a favor del abolicionismo, una mujer que me ayudó mucho cuando yo todavía sentía furia y miedo por lo que había vivido. En esta entrevista habla de sus inicios en la política y de los proyectos que llevó adelante, y nos cuenta lo que piensa sobre las formas en que se puede apoyar a quienes han sido víctimas de violencia y contribuir a ponerle un freno a la opresión prostituyente.


Para empezar, contanos un poquito acerca de vos y de tus inicios como docente, porque esas primeras elecciones han ido marcando tu camino como mujer y como profesional.

Estoy cercana a los sesenta años, soy soltera y no he tenido hijos, pero tengo diez hermosos sobrinos que me hicieron tía abuela con Augusto y con un nuevo bebé que llegará en primavera.  Soy profesora de Francés Lengua Extranjera y profesora de Lengua y Literatura, en ese orden. Comencé mi carrera docente por afinidad con la lengua y a la cultura francesa, y luego me enamoré de la educación, de lo que significa la educación para la sociedad, para transformar la sociedad, para hacer libre a los hombres y a las mujeres. Fue así que me especialicé en gestión educativa y a los 32 años fui directora de una escuela secundaria rural. Luego, previo concurso titularicé en una escuela técnica de la ciudad de Reconquista.

¿Por qué decidiste dedicarte a la política?

Educación y Derechos siempre fueron mis objetivos con respecto a mí misma y a los otros. Por eso empecé a interesarme e incursionar en la política y milito en la Unión Cívica Radical. Creo firmemente en la Republica, en la Constitución, en la libertad de expresión. En la igualdad entre todos los seres humanos. Creo que el Estado debe cuidar y garantizar la división de poderes, el funcionamiento de las instituciones, garantizar el derecho al agua, a la educación, a la salud, a la alimentación entre otras cosas, pero sobre toda a la libertad física y de pensamiento. A lo largo de los 2000, mi militancia partidaria y sindical se fue transformando en una militancia social, sobre todo a favor de políticas de mujeres y de niños y niñas.

¿Cómo ves hoy a los partidos políticos?

Estoy convencida, desde cuando empecé a militar en 1982, de que los partidos políticos son las instituciones que deben formar líderes para llevar adelante políticas de gestión pública con un proyecto de Nación y de sociedad. Desgraciadamente, hoy ya no es así. Creo que los partidos políticos deben ser espacios de debate filosófico e ideológico.

Algo que me interesa mostrarles siempre a los y las más jóvenes es que lo que somos de muy jovencitos puede cambiar a los diez años, y otra vez a los veinte años… Quiero que vean que si nos capacitamos y salimos a trabajar en lo que creemos podemos lograr grandes cosas. ¿Cómo fue tu camino de la docencia, que tanto amás, a tu lugar actual en la política?

El nuevo milenio me encontró asentada en mi profesión y en plenitud personal, y entonces vino la decisión de lanzarme seriamente a la carrera política, camino que ya había comenzado con mi militancia partidaria. Había sido candidata a concejal de la ciudad de Reconquista y a diputada provincial y ya había ocupando varios cargos dentro del partido. También había ocupado cargos en la AMSAFE departamento General Obligado, ya que pensaba no podía defender los derechos de otros si no defendía los propios. Primero fui miembro de la Comisión Directiva de la AMSAFE  Departamento General Obligado de 2003 a 2006.  Después fui Diputada Provincial de 2007 a 2011, luego, durante la gobernación de Antonio Bonfatti, ocupé el cargo de Directora de Relaciones Institucionales del Ministerio de Desarrollo Social, en el equipo de quien creo que ha sido la mejor Ministra de Desarrollo Social que tuvo la provincia de Santa Fe, Mónica Bifarello. Después ocupé orgullosamente el cargo de Concejal de la ciudad de Reconquista entre 2013 y 2017. En 2020 me jubilé en plena pandemia y sigo trabajando desde otro lugar.

Y gracias a tu militancia política fue que nos conocimos. ¿Qué recordás de esa época?

Tal cual, te conocí cuando era Directora de Relaciones Institucionales. Vi una Elena crispada, enojada, descreída totalmente de funcionarios. Una Elena resentida y contestaria, una Elena herida. Charlamos, llegamos a acuerdos. Resolvimos y sirvió. No sé si las respuestas que di en ese momento resolvieron situaciones profundas o fueron parches como tantas otras ayudas de tantos funcionarios, pero sí, esa llegada de Elena a mi oficina hizo que pudiéramos entendernos, conocernos y querernos. En ese momento, entre las cosas que hice para ayudar al grupo de mujeres con el que trabajabas fue hablar con mi hermana Sonia, que era coordinadora de Salud de Reconquista, e hicimos una primera campaña, yo tibia, vos desconfiada, y Sonia abierta a nuevas experiencias desde la gestión.  Nos fue bien en las intervenciones en los centros de salud sobre HIV/ Sida. En realidad, les fue bien a ustedes, yo acompañaba… Recuerdo que después tuvimos un largo y hermoso almuerzo en mi casa, ¡y mi casa se convirtió en tu casa en Reconquista!

Eran épocas en las que nos podíamos juntar y armar talleres, charlas, encuentros…

Talleres y charlas en sindicatos, en los comités de la UCR de toda la región, en escuelas, en espacios ofrecidos por municipalidades y comunas. Hablamos del Sida, de la prostitución, de abusos sexuales dentro de las familias, del abandono de las autoridades, de la falta de políticas o de cómo las medidas y las intervenciones del Estado y la Justicia llegan siempre tarde. Hablamos e hicimos campaña a favor del aborto legal y del abolicionismo. Montamos la obra de teatro “Elena” en lugares increíbles, como la ciudad de Avellaneda, y entramos al Puerto Reconquista, de una manera tímida primero y luego, con denuncias.

En el Puerto Reconquista, para quienes no lo saben, se trabajó para denunciar a una red muy poderosa de proxenetas que prostituían a niños y niñas.  ¿Cómo ves hoy a Reconquista en cuanto a la protección de los derechos de infancias, mujeres y personas trans?

Tengo que decir que estoy en contra de todo tipo de violencia, y en especial en contra de la violencia contra mujeres, adolescentes, niños y niñas. En eso consiste mi trabajo social, en llevar adelante proyectos y acciones que propendan a tomar conciencia de la violencia y a ayudar a mujeres y adolescentes de poder salir de esa situación. En este sentido, de un tiempo a esta parte, en Reconquista y en todo el norte santafesino comenzaron a conocerse los graves casos de violencia y sobre todo de violencia sexual, gracias a las organizaciones feministas y a instituciones como Crecer Reconquista, que trabajan el tema acompañando y gestionando muchas veces por las mujeres. Pero los gobiernos locales no están a la altura de las circunstancias. En los equipos técnicos tienen un déficit en poder resolver rápidamente las situaciones y muchas veces las intervenciones son a medias o se cruzan con las de otras instituciones. Se suma a esto que nunca hay recursos suficientes para trabajar profundamente el tema y siempre los gobiernos se quedan con acciones superficiales o dando un bolsón de comida a mujeres que necesitan mucho más. También desde el estado provincial, si bien en los últimos diez años ha mejorado mucho, los recursos son escasos, ya sea en atención o en insumos, y pocas veces llegan a tiempo a las víctimas de violencia. Tengo la sensación que se dice que se hace, pero que no se hace nada concreto para resolver la situación de cada mujer víctima de violencia.

Uno de los objetivos de esta charla nuestra es el de difundir la postura abolicionista con respecto a la prostitución, una postura que compartimos.

Para mí, y esto es compartido con el grupo de personas que conformamos Asociación Civil Crecer Reconquista, la prostitución no es un trabajo. Nadie quiere ejercerla, sino que se ve obligada a ejercerla, por lo tanto, sea cual fuere el lugar y las condiciones de ejercicio de la prostitución, es un estado contrario a la libertad, es un estado de trata, y es desde el concepto de abolicionismo que los estados y las instituciones pueden desarrollar políticas a favor de las mujeres que están bajo este yugo. Si hoy fuera funcionaria con decisiones en el gobierno municipal, no dudaría en crear un espacio público dedicado al desarrollo de las mujeres: capacitación, políticas de hábitat para ella y sus niños y acompañamiento en trabajo productivo para que logren su autonomía económica.  Pero el gran desafío viene de la educación de los varones, desde la familia y desde la escuela. Educar varones no violentos, varones pares de las mujeres, varones cariñosos y por supuesto, varones no consumidores de prostitución.

Entonces vos dirías que desde la política se pueden hacer cosas concretas para mejorar la situación de mujeres y niños en situación de violencia.

¡Claro que sí! Con otras mujeres trabajé muy fuertemente por los derechos y el bienestar de las mujeres y niñas aborígenes de Santa Fe, tuve el honor de haber andado camino con mujeres lideresas de la talla de Clara Chilcano, Margarita Vázquez, Ruperta Pérez, Dorita Salteño. También, durante mi mandato como concejal fui Presidente del Consejo Municipal de la mujer de la ciudad, habiendo impulsado y organizado las primeras marchas del Ni una menos, junto a otras mujeres valientes. Con otras concejalas de la ciudad, creamos un ámbito para acompañar a las mujeres en el proceso de denuncia de violencia de género, en el mismo Concejo Municipal y fomentamos ordenanzas que tienen que ver con el bienestar de las mujeres (hábitat, condiciones laborales, cupos trans y de mujeres en situación de violencia). Fue allí, en ese lugar sensible y sororo, pudimos presentar por primera vez tu libro Yo elijo, cosa que replicamos a lo largo de toda la región visitando cada una de las localidades del norte santafesino. ¡Se puede hacer mucho desde la política!

¿Y qué te parece que se puede hacer desde afuera de la política partidaria para ayudar en la lucha en contra de la trata y la prostitución?

Hay muchas asociaciones con las que la gente puede colaborar. En la actualidad, por ejemplo, sigo haciendo mi servicio en la asociación civil Crecer Reconquista, institución que presido desde 2013 y que busca llevar adelante políticas integrales para el bienestar de las personas. Entre esos objetivos está el trabajo contra la violencia y a favor de los derechos de mujeres, adolescentes y niños y niñas.  Desde el año 2010, la asociación gestiona una casa de protección de mujeres y niños en situación de violencia, y forma parte de la red de casas de protección de la provincia de Santa Fe con convenio con el estado santafesino. Allí se da alojamiento, se brindan talleres, acompañamiento legal y psicológico a las mujeres que vienen a la casa con sus niños. En este marco, yo me ocupo de la logística y de los recursos de la casita. Además, llevamos adelante un proyecto de acompañamiento de mujeres con niños en edad escolar que fueron alojadas en la casita, para ayudar en su continuidad en la escuela, así como su asistencia de salud y alimentaria. En este momento, por ejemplo, también se está acompañando a dos mujeres que tratan de salirse de la prostitución.

El trabajo en asociaciones es muy importante… Y las personas que quieren hacer algo concreto por cambiar las cosas podrían acercarse a alguna que funcione en su zona, por ejemplo. Siempre hay algo que se puede aportar al otro para que mejore su vida, desde lo que uno sabe, no solo desde lo que tiene.

En la asociación civil Crecer Reconquista también realizamos otras actividades y llevamos adelante otros proyectos. Antes de la pandemia teníamos, y hoy estamos viendo la posibilidad de retomar, talleres de formación y capacitación laboral para mujeres, en los que se incluyen también charlas sobre violencia y derechos.  Y en este andar, seguimos profundizando lazos con vos, contándonos nuestra historia, nuestros amores y desamores, nuestras alegrías y penitas. Compartimos mesas con nuestras familias, yo con la suya y vos con la mía. ¡Tan distintas y tan iguales! ¡Y nos queremos y nos extrañamos! Ya terminará la pandemia y volveremos a preparar equipo de mate y salir por las rutas a ofrecer más educación para más mujeres libres.

 

 

 

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