"Que no las pueda el miedo, que se dejen ayudar." El testimonio de Elisabeth

Me crié muy pobre. Mi mamá trabajaba pero no alcanzaba. Yo no sabía lo que eran zapatillas nuevas, estaba siempre descalza en el frío. Dormía en un colchón pelado, sin abrigo. No tuve una niñez buena. Dejé la escuela en sexto grado. Pasé muchas cosas de niña. Mi mamá nos mezquinaba el mate cocido, el desayuno, cuando yo era chica. Recuerdo el frío, no saber lo que era tener ropa nueva. En el mundo de la prostitución entré cuando me junté con un hombre, a los catorce años, y él me mandó a prostituirme. Si yo no iba él me pegaba. Entré por ese motivo, porque él me prostituyó. Viví maltratada por muchos años. 

Me encontré con el equipo nuevo de Niñez al trabajar por el tema de mis hijos, porque me habían sacado a mis hijos. Yo estuve todo este tiempo peleando por mis hijos. Los de ese equipo, como son gente nueva que no conocía mi vida, me entrevistaron y yo les fui contando sobre el tema de la trata. Les conté sobre el maltrato y la violencia, y ellos me derivaron a Mujeres por los Derechos. Así conocí la organización y me quedé porque me siento muy bien estando ahí. 

A las chicas que están pensando en entrar en la prostitución les diría que no es sano, que no es nada bueno. Yo sé que en situaciones difíciles, vulnerables, creen que es una salida rápida, pero yo quisiera que haya una ayuda para las chicas, para que no entren en esto, porque no es nada bueno. El sufrimiento es grande. Corrés muchos riesgos de todo. A las que ya están ahí les diría que salgan lo antes posible, que apenas puedan salir, que salgan. Les diría también que si están pasando por una situación de violencia, que el miedo no las pueda, que busquen ayuda para salir de lo que están viviendo. A la prostitución se entra por distintos temas. Si están en la prostitución por un tema de género, que no las pueda el miedo, que se dejen ayudar.