Parte de mi trabajo consiste en coordinar talleres en escuelas y en instituciones. Los talleres suelen hacerse a pedido de las docentes, a veces porque descubren que ha habido algún abuso y quieren crear un espacio amigable para que los chicos y las chicas hablen en confianza, otras veces porque lo incluyen en el proyecto de ESI de la escuela o porque están trabajando el tema de la trata y la prostitución.
La publicación de Yo elijo contar mi historia fue muy importante en mi vida. Una de las cosas que provocó fue, justamente, que lo leyeran docentes que pensaron que yo podía hacer un aporte a la educación. El libro se publicó en 2013, pero a partir de 2016 cobró otra dimensión porque se empezó a citar en las clases de ESI, por ejemplo. Entonces comenzaron a invitarme de distintos lugares del país para que hable sobre femicidios o sobre abusos a partir de lo que me pasó a mí. Escuchar a alguien que habla desde la experiencia propia ayuda a los niños y a las niñas que han perdido a sus mamás o que sufren abusos en sus familias, porque ven que no es algo que les pasa solo a ellos y se animan a conversar con alguien sobre lo que están callando.
Sabiendo esto, suelo empezar contándoles mi historia, que es algo que enseguida capta la atención de los chicos y de las chicas, y les pido que escriban sus preguntas en un papelito. Después contesto esas preguntas y conversamos entre todos. Los chicos preguntan mucho y con mucho respeto, el libro queda después en biblioteca y con las docentes seguimos en contacto para replicar la experiencia. Me dicen que soy una voz autorizada para hablar de los temas que toco porque los he vivido. En 2019 llegué a hacer 36 talleres en colegios. Durante 2020 se hicieron algunos por Zoom, y este año ya hice algunos en burbujas.
En septiembre, que es el mes de la Lucha contra la Trata de Personas con Fines de Explotación Sexual, ya tengo preparados unos seis talleres. Creo que si algo va a ponerle fin a la violencia de género, ya sea bajo la forma de abuso sexual, de violencia en la relación o de trata y prostitución, es la educación. Me habría gustado terminar la escuela, pero las cosas se dieron de tal manera que eso no pudo ser. Estoy orgullosa de poder contribuir a la formación de los jóvenes de esta manera. Siempre les digo que nunca dejen de estudiar, porque tener un título les va a dar las herramientas para decidir qué hacer en el futuro.
Dejo aquí mi celular por si creen que uno de estos talleres puede ser útil en sus proyectos: 342 4 223673
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