De "Después, la libertad"

Pronto les estaré trayendo otra entrevista, pero mientras la armamos, comparto con ustedes una de las reflexiones del último capítulo de Después, la libertad. Ese último capítulo se pensó para hacer luego una separata que se pueda utilizar en clases de ESI. Se trata de una recopilación de historias breves, reflexiones y preguntas que han hecho estudiantes en talleres, en el pasado. Comparto aquí la número 15:

Nos pasamos horas debatiendo sobre abolicionismo y reglamentarismo. Yo me pregunto si alguna vez vos, que estás leyendo esto, te paraste a hablar con una chica que “trabaja” en la calle. Porque abundan opiniones de quienes jamás se acercaron a esas chicas, que no saben nada de la situación real de estas compañeras. La situación es cada vez peor, las están matando y no sale en ningún lado. A nadie le importa eso. Solo se publican artículos en los diarios cuando se habla de reglamentar la prostitución. Pero esta mujer sobre la que todos opinan está sola. No se la está cuidando, no va a un hotel de lujo ni elige con quién se va acostar. Después de un día agotador, después de múltiples violencias, si tiene suerte vuelve a su casa, siempre que no se crucen con alguien que piense que por pagarle tiene derecho a quitarle la vida. Porque de eso no se habla, pero el cliente cree que te compra y por ende, sola en el medio de la calle, no vas a poder “elegir”. Pero claro, me olvidaba, la gente que jamás se paró en una esquina decide por nosotras, nos callan, nos humillan y nos dicen cómo o qué hacer. Bueno, ¿saben qué? A mí nadie me va a decir qué hacer o decir. Ni a mí ni a una compañera. 

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