Cuesta mucho lograr las cosas. Cuesta tanto, que muchas veces tenemos ganas de bajar los brazos. Y después pasa que nos juntamos, que nos ayudamos, y que se empiezan a ver logros. Eso es lo que hoy queremos compartir con ustedes: la alegría de comprobar que cuando avanzamos juntas llegamos más lejos y que podemos ir dejando atrás lo que pensábamos insuperable. Comprobamos que una vida sin violencia es posible y que merecemos aprender, compartir y trabajar.
Hace un año que tenemos un espacio donde desarrollar actividades de capacitación y de producción. Gracias al aporte solidario de personas que vieron nuestro esfuerzo y valoraron
nuestros objetivos, pudimos comprar "la casita", como le decimos, y recibimos equipos de panificación y de costura. Gracias a voluntarias que vienen a enseñarnos a manejarlas, hoy producimos prepizzas y otras delicias que nos sacan de las manos de ricas que son. Hacemos entregas semanales o quincenales, dependiendo de cómo vengamos con la producción.Taller de panificación
También hacemos arreglos, almohadones y sábanas que van a hacer más lindos muchos hogares. Les dejo aquí algunas fotos para que vean los procesos que llamamos trabajo --a diferencia de otras cosas que sabemos que no lo son--.
Taller de producción textil
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