viernes, 3 de diciembre de 2021

ESI y cyberbulling

Hace unos días hice el último taller del año. Fue en una Escuela de Educación Media para Adultos, la EEMPA 1151 Francisco Paco Urondo, de Barrio Chalet, donde cerramos un año en el que nuevamente intentamos acercar un aporte a los espacios de ESI. 


La conversación que mantuve sobre ESI con Trinidad García Cocco, de la Escuela Constituyentes, contrasta con lo que con contaba hace un par de semanas María Inés Waldorf (pueden volver a leer esa publicación en este link), lo que muestra la enorme diversidad de contextos y de situaciones que atraviesan el espacio de Educación Sexual Integral. Me decía Trinidad, por ejemplo: "en cuanto a la relación entre escuela y hogar veo la falta de unión para trabajar la ESI". Ella piensa que es necesario "que los espacios puedan construirse en esa relación principalmente", y que se precisa un "compromiso mayor del personal docente. Es muy bajo el porcentaje que se involucra. Los padres/madres no llegan a enterarse de estos pocos espacios". 

Muchos padres piensan que en ESI solo se abordan contenidos de educación biológica y de identidad de género, pero en realidad provee un ambiente de confianza que permite tratar, por ejemplo, el ciberacoso o cyberbulling, como se dice en inglés. Esta forma de acoso se trata del uso de medios digitales para acosar (en otras palabras, para insultar, humillar) a un par, o sea que se hace entre compañeros o compañeras que toman a algunos/as "de punto" y los/as atacan por su cuerpo, o por su ropa, por si es estudioso, por los anteojos, la nacionalidad, el color de piel, la identidad sexual, en fin, por cualquier motivo que los inspire para humillar a sus víctimas. El acoso que se da entre pares, cara a cara, en la escuela o en el barrio, y que recibe el nombre de bullying en inglés, se traslada al espacio virtual y se escuda en el anonimato de las redes, haciendo estragos en la psicología de las víctimas. 

Las docentes que nos convocan a dar talleres suelen decir que son muy valiosos por la atmósfera de confianza que generan en los estudiantes. Me decía Trinidad: "Con algunos docentes los alumnos/as tienen otro diálogo, otra confianza y se acercan y exponen situaciones y preguntas de como hacer, cómo seguir, adonde recurrir... Y en ese sentido, con los talleres ahora tienen acceso a más información. En nuestra biblioteca están los libros de Elena y vienen algunos tímidamente a pedirlos o también los docentes en el trabajo áulico los utilizan. De parte del alumnado se entusiasman más con la historieta, por ejemplo, quizá por las imágenes y la lectura corta y atrapante." Le pregunté a Trinidad por qué le parecía que la escuela debía comprometerse con un proyecto de ESI amplio, y me dijo: "La escuela no es ajena a situaciones como suicidios, abusos, violencia doméstica. Generando estos espacios se empieza a trabajar para que no sigan estallando en la sociedad de tantas maneras. Al menos podemos intentar que se resuelva lo que otros no pudieron."

Uno de los temas que tocamos en los talleres es justamente el del cyberbulling, porque causa situaciones muy dolorosas en los adolescentes. Acerca de esto, Trinidad dice que después del taller que dimos ha notado cambios en sus chicos. "Algunas de nosotras somos madres de pibes adolescentes y comprendemos mucho más algunas situaciones", comenta. Por ejemplo, los chicos preguntan cómo les queda alguna ropa, o dicen que se cubren el pelo con la gorra porque su corte de pelo es feo, o que se tapan la cara porque no les gusta como salen en una foto... Esos comentarios que los profesores escuchan todo el tiempo son advertencias del padecimiento de esos ataques constantes en las redes. El espacio de ESI permite comprender ese padecimiento y educar para una cultura de solidaridad y respeto. Dice Trinidad: "Por eso considero que hay que hablar de emociones e ir aceptándose en los distintos espacios de convivencia. Depresión, pánico, fobia, estrés son los tristes resultados de estas situaciones de cyberbulling."

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